Todavía recuerdo esa tarde frente a un pizarrón, donde inició todo.

El ecosistema emprendedor de Guatemala y su desarrollo se volvieron una de mis pasiones de vida.

Entender que el 45.9% de los emprendimientos activos de Guatemala no genera ningún empleo me quitaba el sueño.

Fue ahí donde inicié a investigar y buscar cuáles eran los posibles cuellos de botella o desconexiones que nuestro sistema emprendedor tenía, ¿dónde estaban los cabos sueltos?.

Tuvimos largas conversaciones y discusiones con los co-fundadores de este proyecto, donde buscábamos cuál sería la mejor forma de atender a aquellos emprendedores que, teniendo buenas ideas, capacidades y equipos extraordinarios, se quedan frustrados por falta de capital o por estrategias incorrectas para manejar este capital.

Planteamos muchas maneras de iniciar, hasta que notamos que a pesar de las diversas maneras para atacar este reto, había algo que siempre se nos repetía.... Un punto conector en el centro... eso que mapeamos con un punto, lo definimos como una plataforma que haría el trabajo de interconectar a la oportunidad de negocio con el que tenía un capital disponible para invertir.

Ese punto contenía dentro de sí muchas posibilidades y opciones que explorar.

Ese punto dio inicio a lo que hoy llamamos Multiverse, una plataforma que se mantiene en constante evolución y dinamismo, para atender las necesidades de emprendedores con ideas claras que quieren crecer y trascender a ser escalables y duplicar o triplicar sus ventas.

Esos proyectos que con su éxito moverán la aguja y harán que el emprendimiento en Guatemala trascienda, transforme y genere valor para nuestro país.

Ese es el universo de posibilidades que queremos crear y co-crear constantemente y que inició solamente como un punto.